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Mucho se habla últimamente de los proyectos industriales de China para los próximos años. Ya desde 2016, el gobierno propuso el plan «Made in China 2025» (中国制造2025), un programa de actuaciones políticas de treinta años de duración (disponible en este enlace), con el que se pretende impulsar la industria y convertir a China en una potencia tecnológica de primer nivel mundial. Dicho plan se ha visto desarrollado y ha tenido una presencia muy notable en el último congreso del PCCh, pues, al fin y al cabo, se espera que el avance tecnológico sea proporcional al desarrollo de la economía china y a la reducción de la dependencia de la tecnología extranjera.
Logo del programa 中国制造 2025
Una de las principales medidas que pretende tomar el gobierno chino es el fomento de la producción y la venta de vehículos eléctricos, así como de las estaciones de carga que permiten su funcionamiento. En el mercado automovilístico más grande del mundo, parece primordial poner trabas legales al uso de automóviles de combustibles fósiles que, según se estima, podría producir el 30% de la severa contaminación que muchas grandes ciudades de China padecen. Además de una mejora notable de la calidad medioambiental del país, el gobierno chino también ha visto en el negocio de los coches eléctricos el único futuro posible para la industria automóvil, una forma eficaz de fomentar la industria, de hacerse un hueco en un sector que le brindará la oportunidad de cumplir sus objetivos de crear unos estándares chinos de calidad que puedan ser exportados al resto del mundo y de reducir la dependencia de China del petróleo importado.
Algunas de las marcas principales de automóviles chinos
La realidad actual es que China es el mercado automovilístico más grande del mundo. Los 160 millones de vehículos de combustibles fósiles que ruedan por sus carreteras hacen difícil imaginar un futuro en el que el sector eléctrico lleve la voz cantante. Sin embargo, Pekín, que ya ha anunciado que su intención es que para 2030 los coches de gasolina dejen de tener presencia en el mercado, ha propiciado que el dominio automovilístico del país se esté trasladando paulatinamente también a los vehículos eléctricos. China es, hoy en día, el mayor usuario y productor de coches eléctricos, un logro que se ha conseguido, exclusivamente, a base de medidas favorables al desarrollo del sector. Los 507.000 vehículos comerciales y de pasajeros eléctricos e híbridos producidos en 2016 (el 43% de la producción mundial) quedan muy lejos de la cifra de los coches tradicionales producidos, pero aun así, ha sido suficiente para colocar a China en la vanguardia del sector eléctrico, pues sus coches suponen un 43% de toda la producción mundial.
Con todo ello, el gigante asiático se presenta a los productores de vehículos eléctricos como una oportunidad única si realmente quieren llegar a tener opciones de dominar un mercado tan difícil como el del automóvil. Según un informe sobre producción de vehículos eléctricos realizado por McKinsey y Company en 2017, China cuenta con una cadena de suministro mayor a la de Estados Unidos, un elemento imprescindible para crear y sostener un mercado eléctrico productivo. Por otra parte, la ambición tecnológica del país coincide con las estrategias de desarrollo de las marcas más punteras. El crecimiento del sector en China responde a la presión legislativa que está obligando a los principales productores locales a incluir modelos eléctricos en sus catálogos y está favoreciendo a los ciudadanos que eligen adquirir un coche de emisiones cero a base de subvenciones, que alcanzan un 23% del precio total del coche, es decir, una de las más altas del mundo; y facilidades para obtener matrículas (en muchas ciudades de las matrículas están limitadas y se ofrecen a través de concursos), etc. En el último congreso del PCCh, se abogó, además, por la vigencia de una normativa que lleva ya un par de años planeada y según la cual los fabricantes de automóviles chinos deben prepararse para que, en 2019, la venta de vehículos de cero emisiones represente un 10% del total de sus ventas, cifra que aumentará hasta el 12% en 2020.
Funcionamiento de 上海通用陆家嘴工厂
Como no podía ser de otra forma, el contexto tecnológico y el auge del vehículo eléctrico en el país, ha facilitado enormemente la entrada de grandes marcas que han decidido trasladar el desarrollo y la producción de sus modelos o baterías eléctricas a un territorio más favorable. Así pues, BMW ya ha construido una nueva fábrica de baterías en Shenyang en colaboración con la empresa local Brilliance China Automotive Holdings; Volvo ya se prepara para producir, en conjunto con su filial en China, Zhejiang Geely Holding, el modelo Polestar en 2019; y, de la misma forma, otras marcas como Volkswagen, Ford, Nissan o Toyota ya han creado acuerdos de colaboración con empresas locales para introducirse en un mercado en alza.
Trabajador de la fábrica de baterías de BMW Brilliance Automotive en Shenyang.
Muchos os estaréis preguntando: ¿es que estas marcas no son capaces de producir coches eléctricos en solitario? ¿Por qué colaboran con otros fabricantes chinos? Ello se debe a que las manufactureras de automóviles tienen dos opciones para introducirse en el mercado chino: o bien establecer acuerdos con alguna empresa china, con lo cual se ven obligados a compartir sus avances tecnológicos y a percibir tan solo un porcentaje de los beneficios de la producción en China, o bien registrar su empresa en una de las zonas de comercio exterior del país, de forma que sus ventas se consideran importaciones y, por tanto, están sujetas a altos aranceles y otras barreras impuestas por el gobierno. Normalmente, la Organización Mundial de Comercio no permite este tipo de situaciones en el comercio internacional, pero a China, al estar considerada aún un país en vías de desarrollo, se le supone una cierta debilidad para resistir a la competencia internacional.
Todas estas trabas no parecen afectar, sin embargo, a la mayor de las promesas del mercado de los vehículos eléctricos. Sí, China es una parte importante en la estrategia de la influyente Tesla de comenzar a comercializar su producto en los mercados más poderosos. La compañía californiana de Elon Musk lleva varios meses negociando con China y, al parecer, ambas partes han llegado a algunos acuerdos en los últimos días. Según la agencia de noticias Xinhua, Tesla podrá construir una de sus mayores plantas de producción en la zona de libre comercio de Shanghái y para ello, sus coches se verán expuestos a tasas del 25% que la compañía ha preferido enfrentar antes que compartir sus avances tecnológicos con empresas chinas. A cambio, parece ser que, en un acuerdo que se estima podrá alcanzarse a finales de este año, el gobierno chino facilitará enormemente la entrada de Tesla, reduciendo las trabas legales a las que se suelen enfrentar otras empresas.
Modelo de Tesla frente a la Ciudad Prohibida de Beijing https://teslamotorsclub.com/
Ambas partes han preferido ceder hasta cierto punto, pues los beneficios de una fructífera relación podrían ser muy productivos tanto para China como para Tesla. No son pocos los expertos que han afirmado que Tesla necesita comenzar a beneficiarse de las cadenas de producción y suministro del mayor consumidor y productor de vehículos eléctricos del mundo para colocarse en la vanguardia del mercado. A la vez, el gobierno chino parece no cesar en sus intentos de convertir al país en un productor líder de vehículos de emisión cero. Si Tesla se establece en China, producirá para China y pagará los aranceles establecidos, además, necesitará grandes cantidades de componentes que buscará en el mercado chino, lo cual ayudará a desarrollar el sector en general.
Tesla se ha ganado a pulso una enorme fama entre el público chino, sobre todo en Shanghái, una de las ciudades en las que es más fácil encontrar uno de sus modelos. Tanto es así, que el día 23 de octubre, la compañía inauguró la estación de carga más grande del mundo en Shanghái en el distrito Nueva Área de Pudong (浦東新区) que dará cobertura a 50 coches que podrán cargar simultáneamente. Son ya 700 supercargadores con los que cuenta China en un total de 170 ciudades, aunque para finales de año, la compañía planea expandir la cantidad a 1000 para facilitar la movilidad a un país en cuyo mercado ha podido recaudar, solo en 2016, un total de 1000 millones de dólares.
Independientemente de la aparición de estas empresas en el panorama chino, también debemos destacar el papel de las empresas locales. No podemos olvidar que hasta ahora, han sido las empresas chinas las que han producido coches para permitir que el país esté a la vanguardia de lo eléctrico y han sido ellas las responsables de que los consumidores tengan 75 modelos diferentes entre los que elegir. De hecho, BYD Auto 比亚迪汽车, marca global con sede central en Shenzhen (深圳), es realmente la marca a batir en el desarrollo de los coches eléctricos, pues está muy por encima, en venta y producción, de la prestigiosa Tesla. Otros fabricantes chinos destacados son Baic (北汽集团), que ya ha llegado al mercado latinoamericano, Zhidou (知豆) o JAC Motors (安徽江淮汽车股份有限公司).
BYD Qin, coche eléctrico más vendido en China en septiembre
Baic EV 200, segundo coche eléctrico más vendido en China en septiembre.
Zhidou e20, tercer coche eléctrico más vendido en China en septiembre.
En definitiva, el coche eléctrico es una representación de un futuro cercano, un mercado que aún tiene mucho camino por recorrer en China pero que tendrá una responsabilidad enorme, pues será el encargado de proporcionar a los ciudadanos su principal medio de movilidad, restablecer parte del equilibrio al medio ambiente de las ciudades chinas y continuar alzando a la economía china y a sus medios de producción hacia la vanguardia mundial. El gobierno ya ha confirmado que su intención es que en 2020 haya ya dos millones de coches eléctricos rodando en sus carreteras y que la cifra aumente hasta los siete millones en 2025. El propio presidente de la empresa BYD, Wang Chuanfu, es optimista y opina que para 2030 todos los coches de combustibles fósiles habrán sido reemplazado por coches puramente eléctricos o híbridos plug-in. Y a la vez, Tesla Motors, la compañía más llamativa de lo eléctrico en la actualidad, ha comprendido la necesidad de su participación de forma activa en el mercado chino y pretende multiplicar su presencia en él. Queda por confirmar, por tanto, si China será capaz de alcanzar a Occidente a niveles de diseño y de investigación y si podrá, finalmente, reducir los costes de los vehículos para que estos sean realmente competitivos en el mercado. Incógnitas que podremos resolver alzando la mirada hacia Oriente durante los próximos diez años.
Por cierto, ¿sabíais que el coche eléctrico más rápido del mundo es chino? El NIO EP9 batió el récord en el circuito de Nürburgring en una vuelta que lo convirtió en el más rápido entre los vehículos de producción. Su desarrollador es, por cierto, Next Ev, una empresa china que lleva compitiendo en la Fórmula E desde 2014. Y es que China tiene una gran presencia en esta competición… pero bueno, de esto hablaremos en otro momento. Os dejo con el vídeo de la vuelta con la que el NIO EP9 consiguió su impresionante tiempo para que disfrutéis del sonido de lo eléctrico:
¡Espero que os haya gustado! ¡Hasta pronto! 再会!
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中国乱象:销售不佳怪谁?http://tech.sina.com.cn/it/special/breakingnews/tesla/
t有望在中国全资建厂,成业内第一家 https://cn.nytimes.com/business/20171023/tesla-plant-in-china-may-be-a-first/
中国电动车的“政策市” http://www.ftchinese.com/story/001074866